Nuestra Piel y su Contacto con el Medio Ambiente.
Si bien los elementos de la naturaleza son parte vital de nuestra salud, como es el caso del agua, la luz solar y el aire, por cuestión de la actual contaminación ambiental, nos puede afectar de un modo u otro en forma negativa, convirtiéndose en nuestros enemigos.
El caso del Agua.
El agua resulta ser un elemento esencial para nuestra vida, ya que nos da humectación; pero desgraciadamente el agua puede traer contaminantes por lo que el estado debe cuidar de su buena distribución con productos químicos que garanticen su purificación. Claro que no toda el agua que consumimos es pura. En los centros urbanos, el agua considerada potable tiene cierta cantidad de cloro y además podría contener metales pesados como el plomo y el cobre. En el caso del cloro, este puede resecar la piel o producir erupciones e irritaciones. Asimismo, en muchas ciudades, por problemas de escasez de agua, esta es tratada o reciclada con tratamientos químicos y procesos de filtración.
El cuerpo humano está conformado mayoritariamente por células de agua; ella nos ayuda a tener un mejor proceso digestivo y riñones saludables, ayudándonos a extraer las toxinas del cuerpo. Además el agua resulta maravillosa para el cuidado de la piel, ya que al consumirla, humectas tu cuerpo y la piel de manera natural. Al no consumir agua, se deshidrataría la piel y se secarían los órganos internos.
Es recomendable filtrar el agua y consumir agua de fuentes naturales ca vez que se pueda.
El caso del Aire.
Nuestro primer acto de vida al venir a este mundo es respirar. Desde el momento de nacer, hasta que se exhala el último suspiro, vivimos porque respiramos todo el tiempo. Ella viene a simbolizar para los seres humanos la propia vida. Pero si coexistimos en el ecosistema de una ciudad populosa y grande, lo más probable es que respiremos aire contaminado.
Las grandes cantidades de gases producto de los vehículos de transporte motorizados, si no se encuentran controlados por la ley de manera preventiva, pueden ser muy peligrosos para la salud. La contaminación del medio ambiente produce en el aire una contaminación que puede afectar el sistema respiratorio. Igualmente puede obstruir los poros de la piel con toxinas , dañándola y afectando nuestra salud en general.
Lamentablemente nadie puede escapar de situaciones de este tipo, por lo que debemos aprender a vivir con ella. Es recomendable cada cierto tiempo tomar vacaciones y viajar a lugares donde el aire sea más puro para limpiar los pulmones y las vías respiratorias. Existen ciudades tan contaminadas en la actualidad, donde el respirar vendría a suponer consumir una decena de cigarrillos, sin ser fumador. Por ello se recomienda el uso de vitaminas y antioxidantes, como la vitamina C, para neutralizar dichos efectos y ayudar a desintoxicar el organismo.
Del mismo modo es posible seguir ciertas recomendaciones muy sencillas, como evitar el uso de la gasolina con plomo, revisar su automóvil cada cierto tiempo para evitar la emisión de gases que resulten nocivos. En el caso de las ciudades con altos niveles de contaminación, es recomendable usar mascaras sobre la nariz y la boca cuando se sale o se monta bicicleta.
El caso del sol.
La exposición a los rayos solares nos produce envejecimiento. El debilitamiento que se produce en la capa de ozono hace más dañina la radiación solar que llega a la atmósfera sobre la piel y el color de esta determina el grado de sensibilidad a sus efectos. Mientras la piel sea de tono más oscuro, mayor es su resistencia al sol. Aquellas personas qu poseen una piel más clara son más susceptibles a sufrir cáncer a la piel.
Por la exposición al sol se pueden producir la aparición de pecas y manchas, por lo que es recomendable el uso de protector solar y no excederse con los baños de sol. Los expertos recomiendan el uso de protectores solares superiores al grado 15, ya que no son absorbidos por la piel.