Aprende más sobre cómo cuidar correctamente tu piel y por qué debes incluir un cepillo de limpieza facial en tu rutina.
Una buena limpieza facial no se trata solamente de lavarla con agua y jabón. Si bien es cierto que esta acción forma parte del cuidado de la misma, no es la única y, por otra parte, si no se lleva a cabo de la forma correcta, puede impedir que el disfrute de una piel sana.
Simplemente estamos tan habituados a ella, que no siempre recordamos darle el cuidado que requiere. Y tal y como mencionábamos antes, aunque el lavado diario es un primer paso, es necesario ir un poco más allá.
LA IMPORTANCIA DE UNA PIEL SANA Y LIMPIA
Además del cabello y las uñas, la piel es uno de los elementos que más se tienen en cuenta a la hora de presentarse en sociedad. Y, por supuesto, una presentación con la cual se esté a gusto resultará mucho más beneficiosa, en diversos ámbitos. Así pues, se entiende que el buen cuidado personal no solo brinda bienestar físico.
EN RESUMEN, LOS BENEFICIOS QUE BRINDA UNA PIEL SANA VIENEN A SER LOS SIGUIENTES:
- Buena textura.
- Luminosidad.
- Menor cantidad de imperfecciones.
- Mejor y mayor absorción de productos nutritivos e hidratantes.
- Minimización de los efectos del paso del tiempo.
Ahora bien, hay que recordar que el cuidado de la piel se divide en dos aspectos generales: rostro y cuerpo. Lo ideal es atender ambos a diario. No obstante, es necesario entender que cada aspecto requiere una serie de cuidados especiales.
ASPECTOS A TENER EN CUENTA
No se deben utilizar los mismos productos para el cuidado del rostro que para el cuerpo, por lo general, porque estos productos tienen una función en concreta que, simplemente, no aporta beneficios a otras áreas.
Por ejemplo, hay productos que ayudan a controlar la producción de brillo en el rostro que, si se aplican en la piel de las rodillas, no tendrán ningún efecto significativo.
Por otra parte, según los ingredientes de cada producto, hay que tener cuidado con su uso generalizado, ya que, en lugar de suponer un beneficio, si se aplican en un área de la piel distinta a la que está dirigida, estos productos pueden causar molestias como: irritación, exceso de sequedad, entre otras.
Para limpiar tu piel adecuadamente, es necesario evaluar cuáles son las características de la misma. ¿Grasa? ¿Seca? ¿Mixta? ¿Sensible? Esto permite identificar cuáles son las necesidades de la piel.
Si quieres un cutis fresco, terso y, sobre todo, atractivo, lo primero que debes hacer a la hora de limpiar tu piel es deshacerte de las células muertas y descongestionar los poros. De esta manera, eliminarás todo aquello que evita que la piel tenga un buen aspecto.