Eliminación de Lunares
Los lunares, que en muchos casos resultan antiestéticos, deben siempre estar en revisión médica constante y así prevenir manifestaciones de cáncer a la piel, para removerlos será necesario acudir con un dermatólogo o un cirujano plástico. Para la eliminación de lunares se recomienda la escisión que consiste en extraer el lunar, con la aplicación de anestesia local sobre la superficie a intervenir, y recortarlo desde su propio diámetro, dejando una cicatriz de mucho menor tamaño que el mismo lunar.

Información del tratamiento
Beneficios
- Las intervenciones son seguras, tanto si se realizan por láser o por cirugía tradicional.
- Los resultados llegan a ser definitivos.
- Las cicatrices son mínimamente imperceptibles.
- Deja sobre la piel del paciente intervenido una inmejorable luminosidad.

Resultados esperados y riesgos
Los resultados de esta cirugía podrán ser apreciados de manera inmediata y tienen carácter permanente. Cada uno de estos tratamientos (cirugía o láser) tienen siempre algún riesgo distinto; por ejemplo, el láser podría causar alguna quemadura. En cuanto a la intervención quirúrgica tradicional, podrían presentarse problemas de cicatrización.
La intervención
Existen dos métodos para extraer lunares; con láser o a través de la cirugía tradicional.
En el caso la intervención láser, el especialista aplicará el rayo sobre el mismo lunar; al cabo de 7 días este caerá por sí solo. Existe la posibilidad de una segunda cirugía láser para el tratamiento de la eliminación de lunares. En el caso de operación tradicional, el cirujano lo extraerá realizando una incisión sobre el lunar.
Cuidados tras la intervención
Una vez practicada la extracción del lunar, se deberá proteger la zona intervenida, cubriéndola por 48 horas y se debe evitar la exposición a los rayos solares.

Contraindicaciones
En el caso de mujeres en estado gestante o lactante, deberán tener una autorización de su ginecólogo para evitar posibles problemas. Asimismo, quienes sufran enfermedades y problemas de la piel, enfermedades cardiovasculares, autoinmunes o sistemáticas, deberán pasar por una minuciosa evaluación del especialista en este caso de su dermatólogo.